Medellín, 06 de octubre de 2023. El tiempo es relativo dependiendo del contexto, el lugar y la compañía, unas veces un minuto se siente como horas y, en ocasiones, las horas se pasan en minutos o segundos… Eso mismo se vivió entre el 28 de septiembre y el primero de octubre en el marco del Festival de cine al Jardín, que se llevó a cabo en el municipio con el mismo nombre (Jardín), en Medellín, cuya temática central fue el narcotráfico; tema sobre el cual en distintos formatos evidenció el fracaso de la guerra contra las drogas de uso ilícito relatando los intereses y poderes detrás de la problemática, los efectos positivos y negativos para la salud y, principalmente, volviendo a poner en la agenda que Colombia tiene la autoridad moral para pensar y proponer políticas públicas que superen el acumulado de fracasos por cuenta del prohibicionismo.
En su octava versión, el festival liderado por el director de cine Víctor Gaviria, junto a su equipo de trabajo logró la exposición de películas, documentales, cortos y conferencistas, que invitaron a hablar del tema en cada rincón del municipio y el país.
Conversamos con algunos de los invitados que, en tres ejes temáticos abrieron un debate importante para el país. Por una parte, la historia del prohibicionismo presentó, entre otros documentales, Ilegal.Co” de Alessandro Angulo quien nos habló del fracaso en la lucha contra el narcotráfico, que tiene más tintes políticos que de salud.
“El gobierno Nixon tuvo dos enemigos: la izquierda pacifista y la gente negra. Usted entiende lo que digo. Sabíamos que no podíamos ilegalizar estar en contra de la guerra o ser negro, pero logrando que el público asociara a los jipis con la mariguana y a los negros con la heroína y, luego, criminalizando severamente ambas sustancias, podíamos alterar ambas comunidades. Podíamos arrestar a sus líderes, hacer redadas en sus casas, interrumpir en sus reuniones y vilipendiarlos noche tras noche en los noticieros. ¿Sabíamos que estábamos mintiendo acerca de las drogas? ¡Por supuesto que sí!”.
Por su parte, el Ministro de Justicia, Nestor Osuma, quien también participó en el festival afirmó que los más pobres entre las familias campesinas rurales son las cocaleras y que la mayoría de las personas que estaban en las cárceles eran mujeres pobres pagando condenas excesivas por la necesidad de participar en el negocio del microtráfico. Por este motivo, el gobierno del Presidente Gustavo Petro ha propuesto alternativa para estas mujeres cabezas de familia
Un segundo eje temático se centró en las narrativas simbólicas de la violencia, sobre las cuales Alonso Salazar, autor del libro la “Parábola de Pablo”, obra literaria en la cual se basó la serie “El patrón del mal”, afirmó que la mayoría de la audiencia que seguía esta producción no lo hacía para recordar los hechos de violencia generados por el narcotráfico, sino por el mito del famoso narco.
En la misma línea, el actor Andrés Parra, quien interpretó a Pablo Escobar en la serie, agregó que nunca ha recibido una amenaza por haber interpretado al narco, por el contrario, la gente le pagaban almuerzos, cenas, lo felicitaban y hasta se tomaban fotos con él. Concluía que la sociedad colombiana tenía una “fijación por el malo”.
Finalmente, un tercer eje temático del festival giró alrededor de proponer nuevas narrativas y un cambio de paradigma. Para ello se proyectaron películas como Century of Smoke de Nicolas Graux, que narrala dura pero importante vida y rol de la mujer para la agricultura en territorios de cultivos con fines de producción de drogas de uso ilícito, en este caso de opio. El largometraje muestra que pensar la sustitución de cultivos y desarrollo rural debe tener un enfoque de género con acciones afirmativas hacia las mujeres.
Igualmente, la Sociedad de Activos Especial -SAE-, se estrenó como promotor cultural al mostrar a la sociedad colombiana los bienes de lujo incautados a los narcotraficantes, entre ellos un Mclaren, una moto Harley Davison y hasta obras originales de artistas incluyendo al maestro Fernando Botero.
Rodrigo Uprimy agregó que, en toda su experiencia académica no había encontrado un solo argumento que lo convenciera de justificar el prohibicionismo, y que el mundo poco a poco irá avanzando en proponer un modelo de regulación del mercado de las drogas en el marco de pensar en soluciones de salud pública y desarrollo integral a los territorios.
Finalmente, la ex comisionada de la Comisión de la Verdad, Marta Ruiz, refirió que falta escribir la historia de la relación de la tierra y las élites con el narcotráfico, ya que siempre hablan de los cultivadores, pero no de quienes se lucran con las ganancias del negocio, así que se hace prioritario que la sociedad colombiana conozca la verdad económica y sus determinadores.
Generar que el tiempo se pare por un momento en un lugar de Colombia, como el municipio de Jardín, para invitar a la ciudadanía de distintas creencias y visiones a hablar de narcotráfico, es la también la apuesta compartida de la directora de la Unidad de Implementación del Acuerdo de Paz, Gloria Cuartas, quien ha insistido en comprender que la cultura es un medio fundamental para explicar de manera creativa y pedagógica el enorme reto de cumplir el cuarto punto del Acuerdo del Teatro Colón, sobre la sustitución de cultivos ilícitos, ya que las leyes, decretos y políticas se quedan cortas si la ciudadanía no dimensiona un cambio cultural frente a la forma de atender un problema como las drogas.