• La Unidad de Implementación del Acuerdo de Paz, bajo la dirección de Gloria Cuartas se pronuncia sobre los últimos acontecimientos con relación a la suspensión de diálogos con el ELN y su impacto en la situación humanitaria que vive el país.
• “La suspensión de diálogos trae graves consecuencias en la vida de las comunidades, vulnera el derecho a la paz, causa incertidumbre y miedo. Siempre deben buscarse salidas que conduzcan a la paz”: Gloria Cuartas, directora Unidad de Implementación del Acuerdo de Paz.
Colombia, 19 de septiembre de 2024. Como Unidad de Implementación del Acuerdo de Paz, en adelante UIAP, nos dirigimos a la opinión pública para reafirmar nuestro compromiso inquebrantable con la construcción de una paz estable y duradera. En esta ocasión manifestamos nuestra preocupación con relación al contexto actual de suspensión de diálogos entre el ELN y el Gobierno nacional, y el riesgo que esto significa frente a los otros diálogos con diferentes grupos; por ello hacemos un llamado urgente a mantener en pie las mesas de negociación que se instalaron en la búsqueda de la Paz Total.
La suspensión de diálogos con el ELN no sólo pone en riesgo la posibilidad de alcanzar un acuerdo que beneficie a toda la sociedad en la búsqueda del cese del conflicto armado, también amenaza la posibilidad del goce pleno de derechos de las y los colombianos en los diferentes territorios de la geografía nacional y el tan anhelado derecho a la paz, que una vez más queda inmerso en un escenario de temor e incertidumbre.
“La suspensión de diálogos trae graves consecuencias en la vida de las comunidades, vulnera el derecho a la paz, causa incertidumbre y miedo. Siempre deben buscarse salidas que conduzcan a la paz”: Gloria Cuartas, directora Unidad de Implementación del Acuerdo de Paz.
No puede olvidarse que es la población rural quien vive con mayor intensidad los efectos devastadores del escalamiento de las confrontaciones armadas, las cuales se traducen en desplazamientos forzados, muertes, desapariciones y un dolor que como país no merecemos.
Desde el Gobierno del Cambio ha sido innegable la voluntad de paz, sin embargo, esta no ha sido correspondida y entendida como una oportunidad histórica que realmente convertiría a Colombia en un referente mundial como potencia de la vida. Por ello invitamos a todas las organizaciones, instituciones de orden nacional y a la comunidad internacional y la ciudadanía en pleno a rodear la paz y a fortalecer estos procesos, a exigir a las partes que no se levanten de las mesas hasta llegar a acuerdos que prioricen la vida, la dignidad y paz.
Creemos firmemente que el diálogo es la vía para construir un futuro en paz; no permitamos que el desánimo prevalezca. La esperanza de paz en Colombia debe permanecer viva y es responsabilidad de todos contribuir a ella.
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